Reverendo Towsend

Trabajad, trabajad noche y día; trabajando vosotros aumentáis vuestra miseria, y vuestra miseria nos ahorra de tener que imponeros el trabajo por la fuerza de las leyes. La imposición del trabajo es demasiado penosa, exige demasiada violencia y hace demasiado ruido; el hambre, por el contrario, es no solamente una presión pacifica, silenciosa, incesante, sino que, siendo el móvil mas natural del trabajo y de la industria, provoca también los efectos mas potentes.

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