El desprecio hacia el conocimiento.
Hoy ha llegado a mis oídos una lamentable noticia, el nuevo Plan de Reestructuración que el Rectorado de la Universidad Complutense de Madrid quiere realizar. La intención es que desaparezca la Facultad de Filosofía e integrarla con la Facultad de Filología. Este fantástico e indiscutible plan, encabezado por el rector Carlos Andradas, pretende fomentar la agilidad de la universidad con la reorganización de los departamentos, además de reducir el numero de facultades, que pasan de 26 a 17. Esta noticia, como estudiante de la doble titulación de Derecho y Filosofía, ha causado en mí persona una gran pesadumbre por las arduas secuelas que suponen la aniquilación paulatina de la filosofía en la vida académica, es decir, el problema no reside en la reagrupación de facultades o departamentos sino en el asesinato al desarrollo y mejora de las cualidades cognitivas del ser humano.
Nunca se le ha otorgado gran notoriedad a la filosofía, siempre ha sido esa asignatura aburrida e incomprensible donde residían unos sabios que estaban usualmente colocados cuando concebían sus hipótesis y lo único que hacían era estorbar porque se dedicaban a formular preguntas cuyas respuestas para la sociedad resultaban demasiado obvias y evidentes. Por ello, el desprestigio de esta actividad del pensar acabó por dejar a la filosofía en el basurero de toda sociedad, en un recodo, donde nadie se atreve a mirar porque los entes que habitan ese cosmos del pensamiento presentan unas pintas (rastras, crestas, cabezas coloradas, ropajes desgastados, camisetas con mensajes revolucionarios) demasiado contraproducentes para la sociedad.
Creo que va siendo hora de dejar a un lado tanta difamación, la Facultad de Filosofía no es un perímetro donde la gente gasta su tiempo en fumar porros, lo siento, la noción de filosofía escenifica el saber mirar más allá del horizonte de la experiencia, consiste en indagar en un siniestro feudo lleno de misterios para descubrir qué sentido queremos otorgarle a la verdad, consiste en explorar los limites de la razón y sobrepasar los mismos, consiste en diagnosticar enfermedades sociales y encontrar una cura para las mismas. Filosofía es sinónimo de libertad, razón, justicia, belleza, igualdad, progreso, fraternidad, imaginación, entendimiento, finitud, infinitud y la grandeza del ser humano.
Es totalmente cognoscible que los poderes que gobiernan este mundo quieran erradicar el pensar, dado que, quieren ovejas que sigan a un rebaño y no quieren constituir ciudadanos, pero uno de los principios sociales rectores recogidos por nuestra norma suprema protege y fomenta la cultura, es decir, que el Estado tiene la obligación de prestar los medios necesarios para la libertad de expresión (opinión e información sin censura previa) es cierto que, es necesario de la existencia de unos "creadores" de dicha cultura, "creadores" que terminaran por desaparecer si eliminan la capacidad de elegir el ámbito educativo en el que uno se quieren formar. ¿ Donde quedará la capacidad de expresar la opinión si se elimina uno de los medios, la capacidad de libre pensamiento, para hacerlo? Si eliminan los medios para aprender con exactitud y justificación qué es un ciudadano ¿dónde queda el Estado de Derecho? Si matan la capacidad para desarrollar las capacidades intelectuales ¿qué clase de ideología están implantado? ¿qué producción literaria o artística podremos publicar? Está claro que, en ningún momento, esta sociedad ha podido saborear a lo que sabe el progreso y la libertad, simplemente, la ley libera y la libertad oprime. Nos hemos creído que teníamos el significado de la libertad en nuestras manos cuando realmente solo hemos sentido el yugo de la esclavitud en nuestros débiles cuellos. Estas cadenas que nos atan a ruedas de ratón que no paran de girar sin llegar a ninguna parte, aumentarán porque se hacen aún más fuertes cuando le quitas al hombre su poder del razonar.
Por qué existen aún los mendigos. Porque la mayor dispensadora de limosnas es la cobardía.
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