Democracia y capitalismo.
La Democracia es una invención maquinada por los ricos que tratan sus intereses bajo el nombre del bien común, no hay esperanzas para un sistema democrático mientras que cada uno sea dueño de lo suyo y esto no se arregla con que el pueblo tenga una participación mayor en las instituciones porque con el pueblo pasa lo mismo que con los amigos, nadie te garantiza que éstos no puedan ser imbéciles. No nos iría mejor con una democracia directa como en las antiguas polis griegas, la razón por la que no nos iría mejor se encuentra latente en que el tejido de la ciudadanía actual se encuentra hilado en un depender de otro para poder existir, por ello nos encontramos en un territorio donde el Partido Popular ha vuelto a aplastar a todos los partidos políticos democráticamente legítimos. Sabemos que son unos mafiosos corruptos, pero no podemos dejar de votar a la mafia si resulta que dependemos de ella porque "crea puestos de trabajo" y resulta que las cosas están "mucho mejor". Si tu dependes de un mafioso te conviene que al mafioso le vaya bien porque todas tus instituciones publicas se encuentran vendidas al despotismo de los bancos, esto no deja lugar para la ciudadanía porque ser ciudadanía consiste en no depender de un amo, padre, madre o de los 40 ladrones, ser ciudadano consiste en tener independencia civil. Sería mucho mejor que el sufragio universal se silenciase y que solo votasen aquellos que de verdad tengan independencia civil puesto que nosotros solo somos capaces de votar a la dirección que sopla el viento, no somos sujetos fiables porque no votamos desde el lugar de la ciudadanía sino que votamos desde el lugar de unos sujetos pacientes dominados por el capital, esto puede sonar dictatorial pero al menos sería una dictadura verdadera y no enmascarada de democracia como ocurre en la actualidad, seriamos al menos sinceros y dejaríamos de jugar a ser maestros de la apariencia. Nos quejamos de una famosa ley denominada "mordaza" cuando en realidad nuestras condiciones de libertad se agotan en el momento en el que despertamos del letargo de la gestación embrionaria y fetal, ni siquiera elegimos de quien nos enamoramos diría Freud.
Todo este teje maneje del depender de alguien o de algo crea que el capitalismo o el dinero sean la medida de todas las cosas y, aunque el pueblo fuese el verdadero soberano gobernante, no te garantiza una verdadera democracia pues el pueblo también puede ser malvado. El capitalismo no es compatible con la ciudadanía y la verdad es que a nadie le importa demasiado esto, sí importa que se realicen diversos recortes en sanidad, educación, pensiones y demás prestaciones sociales pero no tienen por objetivo defender la libertad, justicia y fraternidad, tienen por finalidad defender la falta de posesión de dinero, así si el país ejecutase los mismos recortes pero todo el mundo tuviese dinero las calles no se llenarían de personas protestando, todas esas personas se quedarían en sus casas viendo la televisión por cable o desarrollando actividades tales como ir al cine, teatro, conciertos, parques de atracciones etcétera. El malestar general nunca se ha centrado en erradicar los males que perturban a la sociedad por eso las quejas se dirigen a que todos los políticos son una panda de ladrones sinvergüenzas.
Los políticos son una panda de ladrones sinvergüenzas pero les votamos porque no nos queda de otra y porque su discurso político tiene una capacidad de conciencia que convence de que las cosas podrían hacerse de otra manera. Los gobernantes no solo consiguen hacer grupo sino también universalidad dado que, ejercen el poder integrando el consentimiento de los que obedecen, es un juego de seducción donde en todas y cada una de sus estrategias aparece la subida de los sueldos y el pagar menos impuestos, al integrar una parte de los intereses de los demás la forma de gobernar cambia y obtienes mantenimiento porque compras obediencia y dotas de otro significado al objeto dado. Nuestra opción nunca cambiará hasta que no se pare la rueda de ratón que nunca deja de girar y está personificada con el soberbio capitalismo.
La solución no es aniquilar a todos los políticos de la tierra ni que aparezcan nuevos partidos que propongan nuevas políticas que se incardinen en sistemas corruptos, la solución podríamos encontrarla en Kant cuando enuncia: "ante un gran señor me inclino; pero mi alma permanece en pie. Sin embargo, ante un hombre corriente y de baja condición, en el cual percibo una rectitud de carácter mayor que la mía, inclinaré mi alma, quiera yo o no, aunque llevase la cabeza alta para no dejarle olvidar la superioridad de mi rango"
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