Mercado y Capitalismo Introducción.



El mercado es un espacio histórico donde reside la libertad. Una libertad que le permite hacer al hombre lo que disponga con su propiedad, esto crea una autonomía individual donde los sujetos interaccionan. Pero, esa interacción no nos permite saber lo que estamos haciendo cuando hacemos lo que hacemos. No somos capaces de saber o conocer los efectos que producen nuestras acciones. El mercado es por definición auri sacra fames, nos lleva a liquidar todos los limites porque tenemos un planeta finito y una conciencia conservadora antropológica de la mortalidad que nos hace necesitarnos los unos a los otros.
Los efectos que produce el mercado es una desconexión entre verdad y realidad, entre el lugar donde vivimos y el lugar donde se decide nuestra vida. Pongamos un ejemplo: imaginemos a una ancianita milenaria que pasea por un bosque, esta ancianita tira de una vaca enganchada a un cordel. Bien, pues simplemente se necesita una firma de la Unión Europea para que esta ancianita milenaria y su vaca desaparezcan de la faz de la Tierra como por arte de magia.
Ese lugar donde vivimos, el lugar por donde la ancianita pasea, podemos llamarlo realidad, la cual esta conformada de un lenguaje, unas costumbres, tradiciones, tecnología etc. Y el lugar donde se decide nuestra vida, la Unión Europea, podemos denominarla realidad, en la cual se desarrollan los limites de la acción. Entre la realidad y la verdad hay mucho espacio vacío, no hay ningún espacio histórico donde realidad y verdad coincidan de manera plena. Esto se debe a que si se quiere hacer política hay que olvidar dicha conexión. La política es la encargada de sobornar al hombre mediante un Estado de Derecho o de bienestar, aunque el Parlamento sea una institución empresarial. Podemos decir que nuestras instituciones son democráticas, pero están controladas por hombres corruptibles. Dichas instituciones son el reflejo del pueblo soberano, el cual es corruptible también porque no escapa de su condición de hombre. Es entonces, cuando sacamos a la luz la condición humana, cuando podemos entender el origen del mercado y el capitalismo. Ambos conceptos nacen de la soberbia o egoísmo del hombre, conceptos presentes en el libro mayor vendido de toda la historia, La Biblia, ya en él nos narran que el hombre es un sujeto pensante que deja de ser racional para convertirse en puro instinto animal depredador provocando luchas de sometimiento, por el simple hecho de que nos configuramos como un acto con ganas incansables de convertirnos en potencia, para así conquistar todas las fronteras utópicas y tornarlas en pequeñas parcelas de realidad ficticia.

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